Una solución redonda es una obra de teatro para niños basada en un antiguo cuento chino donde Bertold Brecht se inspiró para escribir El Círculo de Tiza Caucasiano. 
La obra cuenta como una reina egoísta abandona a su hijo en medio de una rebelión para evitar caer en manos de sus enemigos.
Años después vuelve para recuperar a su hijo en manos de los que lo encontraron, lo cuidaron y lo criaron con el solo objetivo de retomar el poder. Un sabio juez determina entonces con quién debe quedarse el niño.
El humor es el que marca el ritmo en la puesta protagonizada por cuatro clowns que, más allá de sus variadas caracterizaciones al rotar de personajes, mantienen constante su roja nariz. Puede haber muertes y abandonos, separación e incertidumbre. Pero siempre habrá un gesto clownesco que irrumpe para recordarnos que se trata de una historia contada, representada por esa troupe de payasos, verdadera pero en el sentido en que lo es una parábola.
El juego de los chicos es representación pura y en eso se basa esta puesta.
La música de Astor Piazzolla acompaña, enmarca y enriquece cada escena aportando inolvidables melodías a la trama.
Jugar para ser, jugar para determinar, jugar para decidir.

Una solución redonda es una obra de teatro para niños basada en un antiguo cuento chino donde Bertold Brecht se inspiró para escribir El Círculo de Tiza Caucasiano. 
La obra cuenta como una reina egoísta abandona a su hijo en medio de una rebelión para evitar caer en manos de sus enemigos.
Años después vuelve para recuperar a su hijo en manos de los que lo encontraron, lo cuidaron y lo criaron con el solo objetivo de retomar el poder. Un sabio juez determina entonces con quién debe quedarse el niño.
El humor es el que marca el ritmo en la puesta protagonizada por cuatro clowns que, más allá de sus variadas caracterizaciones al rotar de personajes, mantienen constante su roja nariz. Puede haber muertes y abandonos, separación e incertidumbre. Pero siempre habrá un gesto clownesco que irrumpe para recordarnos que se trata de una historia contada, representada por esa troupe de payasos, verdadera pero en el sentido en que lo es una parábola.
El juego de los chicos es representación pura y en eso se basa esta puesta.
La música de Astor Piazzolla acompaña, enmarca y enriquece cada escena aportando inolvidables melodías a la trama.
Jugar para ser, jugar para determinar, jugar para decidir.


Recomendado de 5 años en adelante
Autor: Héctor Presa, sobre "El Círculo de Tiza Caucasiano" de Bertold Brecht
Vestuario: Lali Lastra
Música: Astor Piazzolla
Coreografía:  Mecha Fernández
Escenografía; Claudio Provenzano
Utilería y muñecos: Lelia Bamondi
Selección y edición musical: Héctor Presa
Técnico: Facundo Fernandez Choque
Elenco: Lucía Romano Lastra, Ornela Ortiz Marín, Walter Scaminaci, Héctor Presa
Puesta en escena y dirección: Héctor Presa 

Festival Kijimuna Okinawa, Japón

 

Recomendado de 5 años en adelante
Autor: Héctor Presa, sobre "El Círculo de Tiza Caucasiano" de Bertold Brecht
Vestuario: Lali Lastra
Música: Astor Piazzolla
Coreografía:  Mecha Fernández
Escenografía; Claudio Provenzano
Utilería y muñecos: Lelia Bamondi
Selección y edición musical: Héctor Presa
Técnico: Facundo Fernandez Choque
Elenco: Lucía Romano Lastra, Ornela Ortiz Marín, Walter Scaminaci, Héctor Presa
Puesta en escena y dirección: Héctor Presa 

Una solución redonda es una obra de teatro para niños basada en un antiguo cuento chino donde Bertold Brecht se inspiró para escribir El Círculo de Tiza Caucasiano. 
La obra cuenta como una reina egoísta abandona a su hijo en medio de una rebelión para evitar caer en manos de sus enemigos.
Años después vuelve para recuperar a su hijo en manos de los que lo encontraron, lo cuidaron y lo criaron con el solo objetivo de retomar el poder. Un sabio juez determina entonces con quién debe quedarse el niño.
El humor es el que marca el ritmo en la puesta protagonizada por cuatro clowns que, más allá de sus variadas caracterizaciones al rotar de personajes, mantienen constante su roja nariz. Puede haber muertes y abandonos, separación e incertidumbre. Pero siempre habrá un gesto clownesco que irrumpe para recordarnos que se trata de una historia contada, representada por esa troupe de payasos, verdadera pero en el sentido en que lo es una parábola.
El juego de los chicos es representación pura y en eso se basa esta puesta.
La música de Astor Piazzolla acompaña, enmarca y enriquece cada escena aportando inolvidables melodías a la trama.
Jugar para ser, jugar para determinar, jugar para decidir.